Palabras de Carmen Moreno en el Acto de Presentación:

Buenas tardes

Hoy tengo el privilegio de dirigirme a ustedes para hablarles de un libro: “Cuentos del Circo”, de Victoriano Peralta.

Hace unos meses, cuando Victoriano puso en mis manos éste libro, que él regalaba a mí y a mi familia, sentí la emoción del que recibe algo recién nacido. Todavía palpitante y con la tinta caliente, aún sin corregir y sin haber empezado a andar.

Cuando comencé su lectura volví a sentir la emoción de aquél al que han regalado un puñado de sueños.

Conozco a Victoriano desde que era un adolescente novio de mi sobrina Pepitina, casi dos chiquillos y… ¡Qué hermoso el amor adolescente que se alarga y enriquece a lo largo de una vida!.

En el transcurso de éstos años el fino humor de Victoriano me ha arrancado siempre sonrisas y no pocas risas, pero no hace mucho sus palabras me llenaron de emoción y humedecieron mis ojos; fue en una iglesia del Polígono del Valle cuando hablaba de su hermano Nicolás que “ya había roto los imanes de sus plantas para caminar por los rayos del sol”.

Aparte de la fortuna de tenerlo en mi familia, también tengo la suerte de ser su paciente, soy alérgica al polen del olivo y puedo afirmar que el oxígeno que entra a mis pulmones de mayo a junio se lo debo a la sabiduría médica de Victoriano.

Hoy estoy aquí por petición suya para hablar de su libro, lo que para mí es un orgullo, así como compartir éste Acto con el Profesor Galera.

Yo soy pintora, no escritora, y éste es un libro para soñar con él, no para hablar de él.

No para ser explicado sino para ser soñado. Por eso prefiero las palabras de Victoriano a las mías y, si les parece, voy a leerles la primera página que es Introducción en éste libro:

“Ahora que estamos solitos…

Cogida de ésta mano surgen en mí, como pintora quizá, o quizá por ser pintora, mil imágenes. Éste es un libro pictórico. Un libro lleno de imágenes. Es un libro de aire (ya he dicho que en esto Victoriano es un experto). Del aire azul de Chagall, con sus lunas, sus bellas, sus payasos, sus violinistas y animales girando, flotando en un firmamento de aire azul.

Sí: Éste sería el libro predilecto de Chagall.

Vuelo: éste es un libro lleno de vuelo, de murmullo de alas como las alas de la “loca reina golondrina” que surcan el aire azul como trazos de lápices de colores.

Magia, éste es un libro de magia a la que hay que acercarse despacio. No es un libro para leer con prisas (¿y cuál lo es?)… no nos entenderían las hadas ni los duendes y se esconderían sin revelarnos sus secretos.

Circular, es un libro circular como las carpas, los carruseles con lindos caballos de madera y las pelotas de las focas…

Cuando llegas al final deseas volver, debes volver al principio para desentrañar sus secretos de “una sola ceja”.

Es un libro, sobre todo, para aquellos que necesitamos por las noches entrar en el mundo de los sueños de la mano de un Cuento.

Cojamos la mano de Victoriano, de Cuentos del Circo, porque nos esperan:

“Magias, Misterios y Seres Amables”.

Muchas gracias.

Carmen  Moreno